Preguntas frecuentes
Las sesiones son un espacio en el que vamos a hablar sin juicios de los problemas o dificultades que te has estado encontrando. Al principio, tendremos que situar y analizar las dificultades, para ello hablaremos de hace cuánto apareció el problema, si está relacionado con algún evento en particular de tu vida, de qué manera te afecta, cómo afecta a tu vida en ámbitos como el laboral, familiar, social, de salud… También hablaremos de cuales son tus objetivos y qué te gustaría conseguir a través del proceso terapéutico.
Hay personas que llegan a su primera sesión sabiendo como describir y ordenar esta información, pero hay otras que llegan a la primera sesión sin saber cómo definir qué les pasa o qué tendría que cambiar para sentirse mejor. No pasa nada si ese es tu caso, a través de preguntas y ejercicios de reflexión puedo guiarte para poner orden y expresar mejor cuales están siendo tus pensamientos y sensaciones, y con qué pueden estar relacionados, así como profundizar en qué cosas son realmente importantes para ti y pueden aportarte serenidad y bienestar.
Una vez que en las primeras sesiones se sitúa y analiza la problemática, trabajamos como un equipo para definir los objetivos a corto y largo plazo, y una planificación de trabajo para las próximas sesiones. En las sesiones posteriores, ya dirigidas a una intervención activa, dedicaremos un tiempo a ver qué tal te has encontrado, qué cosas te han ido pasando los últimos días… y reservaremos otra parte de la sesión para hacer ejercicios prácticos de entrenamiento de herramientas y habilidades que te ayuden a acercarte a los objetivos que nos marcamos para la terapia.
Tomar la decisión de ir a terapia no es fácil. Habitualmente tratamos de manejar los problemas que se cruzan en nuestra vida con las herramientas que tenemos, y eso puede ser suficiente en muchas ocasiones, pero las personas solemos ponernos mucha presión encima acerca de “tener que poder con todo”. En ocasiones, cuando una situación nos sobrepasa, incluso podemos sentir vergüenza o tratarnos de manera muy dura si vemos que nuestros intentos de resolver la situación no están funcionando.
Esto en muchas ocasiones desencadena que la persona valore ir a terapia después de llevar mucho tiempo arrastrando una situación difícil, o unos sentimientos y pensamientos muy dolorosos. Cuando eso sucede, habitualmente encontramos en terapia personas desesperanzadas, que nos dicen “esto no tiene solución”. Quiero decirte, que si la tiene, pero puede que necesites mirar la problemática desde un punto de vista diferente para llegar a soluciones que no te habías planteado antes. El ser humano es tremendamente flexible, con una capacidad de adaptación innata a su especie. Por eso, incluso si sientes que aquello que te hace sufrir lleva acompañándote muchos años, tu también puedes entrenar herramientas de cambio y adaptación que te permitan llegar a un espacio de serenidad y bienestar.
Si sientes que últimamente tus intentos de manejar el problema que te preocupa no te están dando resultado y algo se está atascando…
Si has estado pensando en ir a terapia antes pero lo has estado posponiendo..
Si una voz interna te dice que por muy mal que estés, no es para tanto, debes poder con esto solo/a y no debería estar planteándote ir a terapia…
Te animo a que te des y me des la oportunidad de que formemos un equipo para el cambio, ya que la terapia puede ayudarte a resolver la difícil situación que atraviesas mientras aprendes a tratarte de una manera amable, a valorar la persona que eres y a focalizar tu energía en construir una vida que realmente te guste.
La respuesta mas honesta es: depende. El proceso de terapia no sigue un protocolo definido con un número de sesiones concretas. Depende de la problemática que se expone, de si es algo reciente o un problema que lleva presente desde hace años, del estado de afectación de la persona en el momento de iniciar la terapia, de las habilidades previas que cada uno aprendemos en nuestra historia…
Lo que si puedo decirte es que como profesional, mi compromiso es adaptar mi trabajo a los recursos y circunstancias de cada persona. Si decides iniciar el proceso de terapia, hablaremos sobre con qué frecuencia entre sesiones te puedes comprometer, y en función de si esa frecuencia es semanal, quincenal, mensual… planificaré las herramientas de trabajo para que podamos aprovechar al máximo nuestras sesiones.
Para aquellas personas que busquen desde el principio realizar un trabajo muy focalizado, sin invertir mucho tiempo o dinero en la terapia y sin necesidad de profundizar en su historia, existe la posibilidad de realizar un proceso de terapia focalizada breve, que consiste en una primera sesión de evaluación y cinco sesiones de intervención muy estructuradas, y dirigidas a aprender un conjunto de habilidades prácticas que te ayuden a afrontar las dificultades que estás teniendo.
Actualmente no trabajo procesos conjuntos de terapia de pareja. Si que atiendo a personas individuales cuya preocupación o objetivo de mejora es la faceta de las relaciones de pareja, pero en terapia individual. Si en este proceso se considerase como óptimo integrar a la otra persona para realizar un proceso de pareja, puedo guiaros y orientaros con la derivación a otro profesional.
No es posible, ya que a lo sumo, esta formación nos ocupará unas 30-35 horas entre las propias sesiones, las reuniones de feedback y los seminarios, y las prácticas que se solicitan desde la universidad piden una duración en torno a 300 horas. Para mi es inviable, tal y como desarrollo actualmente mi actividad profesional, ofrecer esa cantidad de horas de prácticas reales.
Las sesiones son un espacio en el que vamos a hablar sin juicios de los problemas o dificultades que te has estado encontrando. Al principio, tendremos que situar y analizar las dificultades, para ello hablaremos de hace cuánto apareció el problema, si está relacionado con algún evento en particular de tu vida, de qué manera te afecta, cómo afecta a tu vida en ámbitos como el laboral, familiar, social, de salud… También hablaremos de cuales son tus objetivos y qué te gustaría conseguir a través del proceso terapéutico.
Hay personas que llegan a su primera sesión sabiendo como describir y ordenar esta información, pero hay otras que llegan a la primera sesión sin saber cómo definir qué les pasa o qué tendría que cambiar para sentirse mejor. No pasa nada si ese es tu caso, a través de preguntas y ejercicios de reflexión puedo guiarte para poner orden y expresar mejor cuales están siendo tus pensamientos y sensaciones, y con qué pueden estar relacionados, así como profundizar en qué cosas son realmente importantes para ti y pueden aportarte serenidad y bienestar.
Una vez que en las primeras sesiones se sitúa y analiza la problemática, trabajamos como un equipo para definir los objetivos a corto y largo plazo, y una planificación de trabajo para las próximas sesiones. En las sesiones posteriores, ya dirigidas a una intervención activa, dedicaremos un tiempo a ver qué tal te has encontrado, qué cosas te han ido pasando los últimos días… y reservaremos otra parte de la sesión para hacer ejercicios prácticos de entrenamiento de herramientas y habilidades que te ayuden a acercarte a los objetivos que nos marcamos para la terapia.
Tomar la decisión de ir a terapia no es fácil. Habitualmente tratamos de manejar los problemas que se cruzan en nuestra vida con las herramientas que tenemos, y eso puede ser suficiente en muchas ocasiones, pero las personas solemos ponernos mucha presión encima acerca de “tener que poder con todo”. En ocasiones, cuando una situación nos sobrepasa, incluso podemos sentir vergüenza o tratarnos de manera muy dura si vemos que nuestros intentos de resolver la situación no están funcionando.
Esto en muchas ocasiones desencadena que la persona valore ir a terapia después de llevar mucho tiempo arrastrando una situación difícil, o unos sentimientos y pensamientos muy dolorosos. Cuando eso sucede, habitualmente encontramos en terapia personas desesperanzadas, que nos dicen “esto no tiene solución”. Quiero decirte, que si la tiene, pero puede que necesites mirar la problemática desde un punto de vista diferente para llegar a soluciones que no te habías planteado antes. El ser humano es tremendamente flexible, con una capacidad de adaptación innata a su especie. Por eso, incluso si sientes que aquello que te hace sufrir lleva acompañándote muchos años, tu también puedes entrenar herramientas de cambio y adaptación que te permitan llegar a un espacio de serenidad y bienestar.
Si sientes que últimamente tus intentos de manejar el problema que te preocupa no te están dando resultado y algo se está atascando…
Si has estado pensando en ir a terapia antes pero lo has estado posponiendo..
Si una voz interna te dice que por muy mal que estés, no es para tanto, debes poder con esto solo/a y no debería estar planteándote ir a terapia…
Te animo a que te des y me des la oportunidad de que formemos un equipo para el cambio, ya que la terapia puede ayudarte a resolver la difícil situación que atraviesas mientras aprendes a tratarte de una manera amable, a valorar la persona que eres y a focalizar tu energía en construir una vida que realmente te guste.
La respuesta mas honesta es: depende. El proceso de terapia no sigue un protocolo definido con un número de sesiones concretas. Depende de la problemática que se expone, de si es algo reciente o un problema que lleva presente desde hace años, del estado de afectación de la persona en el momento de iniciar la terapia, de las habilidades previas que cada uno aprendemos en nuestra historia…
Lo que si puedo decirte es que como profesional, mi compromiso es adaptar mi trabajo a los recursos y circunstancias de cada persona. Si decides iniciar el proceso de terapia, hablaremos sobre con qué frecuencia entre sesiones te puedes comprometer, y en función de si esa frecuencia es semanal, quincenal, mensual… planificaré las herramientas de trabajo para que podamos aprovechar al máximo nuestras sesiones.
Para aquellas personas que busquen desde el principio realizar un trabajo muy focalizado, sin invertir mucho tiempo o dinero en la terapia y sin necesidad de profundizar en su historia, existe la posibilidad de realizar un proceso de terapia focalizada breve, que consiste en una primera sesión de evaluación y cinco sesiones de intervención muy estructuradas, y dirigidas a aprender un conjunto de habilidades prácticas que te ayuden a afrontar las dificultades que estás teniendo.
Actualmente no trabajo procesos conjuntos de terapia de pareja. Si que atiendo a personas individuales cuya preocupación o objetivo de mejora es la faceta de las relaciones de pareja, pero en terapia individual. Si en este proceso se considerase como óptimo integrar a la otra persona para realizar un proceso de pareja, puedo guiaros y orientaros con la derivación a otro profesional.
No es posible, ya que a lo sumo, esta formación nos ocupará unas 30-35 horas entre las propias sesiones, las reuniones de feedback y los seminarios, y las prácticas que se solicitan desde la universidad piden una duración en torno a 300 horas. Para mi es inviable, tal y como desarrollo actualmente mi actividad profesional, ofrecer esa cantidad de horas de prácticas reales.